Hoy os voy a presentar al Rey de Reyes, a Jesús de Nazaret
Jesús de Nazaret, también conocido como Jesús, Cristo o Jesucristo, es la figura central del cristianismo y una de las figuras más influyentes de la cultura occidental. Para la mayoría de las denominaciones cristianas, es el Hijo de Dios y, por extensión, la encarnación de Dios mismo. Su importancia estriba asimismo en la creencia de que ―con su muerte y posterior resurrección― redimió al género humano. El judaísmo niega su divinidad, que es incompatible con su concepción de Dios. En el islam, donde se lo conoce como Isa, es considerado uno de los profetas más importantes.
Según la opinión mayoritariamente aceptada en medios académicos, basada en una lectura crítica de los textos sobre su figura, Jesús de Nazaret fue un predicador judío que vivió a comienzos del siglo I en las regiones de Galilea y Judea, y fue crucificado en Jerusalén en torno al año 30, bajo el gobierno de Poncio Pilato.
Como él último de los personajes históricos de esta parte de mi blog no podía faltar el que para nosotros es el verdadero Rey. Ese Rey al que han seguido y seguimos legiones de cristianos. El Rey que ha conquistado todos los corazones de la Cristiandad. El Rey que extendió sus dominios de Este a Oeste y de Norte a Sur en el planeta Tierra. El Rey que, como herencia, nos dejó el Reino de los Cielos y nos hizo hijos del Espíritu que iluminó al Padre cuando creó a su Hijo y que, en esa misma creación, nos hizo a todos hermanos de Jesús e Hijos de Dios.
Como estandarte de su reino nos dejó el Amor y como insignia nos legó el símbolo de la Cruz, queriéndonos decir que es en el Amor y a través de la abnegación y del sufrimiento como conseguiremos alcanzar su Reino.
Este Rey de Reyes respondió a Pilatos cuando le preguntó si "él era rey" que " Mi reino no es de este mundo. Si fuera de este mundo mi Padre me habría enviado sus legiones para que me protegieran".
Este Rey de Reyes realizó las hazañas más prodigiosas que nos pudiéramos imaginar: "los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y a los pobres se les predica la Buena Nueva".
Este Rey de Reyes fijó las bases de sus reinado en el Sermón de la Montaña cuando prometió la Bienaventuranza no a los poderosos, sino a los humildes; no a los ricos, sino a los pobres; no a los violentos, sino a los pacíficos; no a los que no muestran misericordia, sino a los misericordiosos; no a los que ejecutan la justicia, sino a los que padecen persecución por culpa de ella.
Por este Rey de Reyes lucharon muchos de los reyes que poseían reinos terrenales, aunque a veces confundieron el motivo por el que tenían que luchar y, equivocadamente, acometieron cruzadas y batallas persiguiendo la conquista de lo terrenal, siendo sus actuaciones, muchas veces, verdaderas masacres de pueblos de otros credos, casi exterminados en el nombre de ese Rey de Reyes.
Jesús nunca les habrá dirigido en ninguna de estas batallas y pretensiones y estoy seguro de que nunca habrán sido dignos de poder ser admitidos en su Reino.
En el momento actual sería muy conveniente que los creyentes que ejercen cierta influencia política o social volvieran la mirada a su credo y ayudaran a que el dolor, la injusticia, la pobreza, el hambre y la enfermedad desaparezcan para siempre. Que se comience a construir ese Reino Nuevo basado en la Buena Nueva que nuestro Rey de Reyes nos legó.
Frase del día:
"En mi Reino no puede haber vasallos si su vasallaje no se ha adquirido por el amor".
Actividad propuesta:
Lee en el evangelio el pasaje del juicio de Pilatos a Jesús y cuéntame cómo finaliza:
Escríbeme a
rubenbenten@hotmail.com
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